lunes, agosto 13, 2007

Retroactividad V - Serenata incluída.



Pasaron por esa pieza dos días y dos noches enteras. Sólo una vez caminaron hasta San Telmo para respirar nuevo aire, cenar y volver prontamente a desvestirse al abrigo del fuego, fumar, beber vino tinto, sentir la música y disfrutar uno del otro al desnudarse, gozar, besar, dormir, despertar y volver a gozar y a besar y a dormir... todo ante los ojos, explícitamente, como los dos últimos que quedaron al final de una orgía. Fue poca para ser tanta belleza.

Al pie del umbral de la ventana de la pieza del frente de un conventillo de La Boca, en la calle Hernandarias, debería haberse oído, alguna noche de plenilunio, esta serenata a voz y tambor chico de candombe.


Pan de Los Amantes

*

Se ahogará mi serenata
en aguas de la Ribera
mientras, pálida de luna,
una lonja lastimera
repicará en tu techo...
Arroparé madrugadas
en la brasa de tu lecho
sólo pa' verlas morir
un poco más dignamente...
Tan breve me concebiste
que fui sentenciada a ausente
y la humildad de mi glosa
juzgada de felonía
por su incómoda llaneza o
su pretenciosa belleza...

Fin del Pan de Los Amantes...
silencio que enluta con manto invisible.
La Novia del Riachuelo es la de antes...
desnuda, sola, penando serenatas
bajo ventanales de imposibles

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