Neko San
Me da gusto escribir cartas.
Lo sigo haciendo, aún, de vez en cuando.
Raramente recibo contestación, pero lo hago con agrado.
Soy siempre la primera, la que inicia la comunicación.
Sin embargo, desde hace mucho tiempo no recibo una carta
escrita por alguien que comience el intercambio.
Una carta a la que yo sea quien debe responder.
Lo sigo haciendo, aún, de vez en cuando.
Raramente recibo contestación, pero lo hago con agrado.
Soy siempre la primera, la que inicia la comunicación.
Sin embargo, desde hace mucho tiempo no recibo una carta
escrita por alguien que comience el intercambio.
Una carta a la que yo sea quien debe responder.
Pues sí, alguien me recordó al escuchar un disco de Johnny Cash
y se tomó el tiempo para contármelo enviándome unas palabras.
De ese modo me hizo dueña de una canción que le había referido.
Ya no es de Trent Reznor,
porque al oírla por J.R. admitió que dejó de pertenecerle.
Así que, a riesgo de sonar irreverente:
Ahora es mía.
You are someone else
I am still right here.
I am still right here.
Ya no soy ese alguien más.
Soy quien siempre sigue aquí, mientras todos eligen pasar.
por más que se haya pretendido hacerme creer lo contrario.
Por más que lo haya creído.
El final de la carta llegó coronado con estas palabras de Silvio Rodríguez,
cumplo en citar:
La cobardía es asunto
de los hombres, no de los amantes.
Los amores cobardes no llegan a
amores,
ni a historias, se quedan allí.
Ni el recuerdo los puede salvar,
ni el mejor orador conjugar.
*
Every one I know
goes away in the end.
de los hombres, no de los amantes.
Los amores cobardes no llegan a
amores,
ni a historias, se quedan allí.
Ni el recuerdo los puede salvar,
ni el mejor orador conjugar.
*
Every one I know
goes away in the end.
