viernes, agosto 31, 2007
sábado, agosto 25, 2007
Estaqueado con alfileres.
Diseccionando al Olvido para ver qué tiene adentro. Sacando los tornillos o rompiendo impacientemente los encastres. Forzando la separación de sus elementos. Decantando, lavando el oro del dilema con los tobillos sumergidos en una correntada turbia de desconcierto. Cuál es la sangre del olvido? El desinterés. No se puede contra él sin indignidad.
viernes, agosto 17, 2007
Hazmerreír
Hay una realidad atestada de idiotas. De murallones imprecisos, macizos bloques la delimitan por tramos.
A veces, al amparo de la opulencia de su Reino, saltan intrépidos el muro o sólo se asoman cobardemente para mofarse. Esto no los redime. Sólo puede haber un hazmerreír.
A veces, al amparo de la opulencia de su Reino, saltan intrépidos el muro o sólo se asoman cobardemente para mofarse. Esto no los redime. Sólo puede haber un hazmerreír.
lunes, agosto 13, 2007
Retroactividad V - Serenata incluída.
Al pie del umbral de la ventana de la pieza del frente de un conventillo de La Boca, en la calle Hernandarias, debería haberse oído, alguna noche de plenilunio, esta serenata a voz y tambor chico de candombe.
Pan de Los Amantes
*
Se ahogará mi serenata
en aguas de la Ribera
mientras, pálida de luna,
una lonja lastimera
repicará en tu techo...
Arroparé madrugadas
en la brasa de tu lecho
sólo pa' verlas morir
un poco más dignamente...
Tan breve me concebiste
que fui sentenciada a ausente
y la humildad de mi glosa
juzgada de felonía
por su incómoda llaneza o
su pretenciosa belleza...
Fin del Pan de Los Amantes...
silencio que enluta con manto invisible.
La Novia del Riachuelo es la de antes...
desnuda, sola, penando serenatas
bajo ventanales de imposibles
en aguas de la Ribera
mientras, pálida de luna,
una lonja lastimera
repicará en tu techo...
Arroparé madrugadas
en la brasa de tu lecho
sólo pa' verlas morir
un poco más dignamente...
Tan breve me concebiste
que fui sentenciada a ausente
y la humildad de mi glosa
juzgada de felonía
por su incómoda llaneza o
su pretenciosa belleza...
Fin del Pan de Los Amantes...
silencio que enluta con manto invisible.
La Novia del Riachuelo es la de antes...
desnuda, sola, penando serenatas
bajo ventanales de imposibles
**
viernes, agosto 10, 2007
sábado, agosto 04, 2007
Tamaño Niño
Una muerte tamaño niño. Un pequeño féretro blanco. Un niño es una proyección, un logro venidero y un triunfo en sí mismo, todo eso se carga en madera y se deposita desgarradora y amorosamente bajo tierra, despidiéndose. Ya no será, ya no sabremos qué será. El amor es un niño.
jueves, agosto 02, 2007
teoría de la evolución
apelo a la furia y cada vez sano más rápido, cada vez duele más, pero dura menos. cada vez me quitan algo más que ni siquiera se llevan. que les aproveche la anécdota. ya olvidé lo bueno. ahora queda la verdad, donde no son nada.
La Chapita
Me atraganto con una tapa de botella, una chapita. En medio de la oscuridad siento con horror que las puntas del borde estrellado se me clavan en la garganta, en lo profundo de la carne de la campanilla. Sólo la luz de la ventana se me figura, muda e inútil desde el lado derecho de la cama.
La chapita, una chapita en mi garganta, dios. Trato de sacarla tosiendo, se incrusta más, desespero. El aire se me acaba, se materializa una línea bajando el límite verde fosforescente. Los ojos abiertos en la negrura buscan salvación para el cuerpo dejándose alumbrar por los números rojos de las 4:37 que amenazan en la oscuridad. Emito un quejido ronco y agudo, no sé si mis manos llegan al cuello pero tengo la sensación de estar intentándolo.
Hasta que empiezo a pensar: -Me dejó otro tipo más, cómo me duele carajo, ya va a pasar, despertate del todo para no volver a soñar lo mismo. El aire llega, la garganta se abre, la chapita vuelve a la mente envasada como recuerdo y duermo otra vez mi sueño, que es un ancho listón oscuro, sedoso y sucio como una alfombra tendida en la calle, que acabaría pisoteada inexorablemente.
La chapita, una chapita en mi garganta, dios. Trato de sacarla tosiendo, se incrusta más, desespero. El aire se me acaba, se materializa una línea bajando el límite verde fosforescente. Los ojos abiertos en la negrura buscan salvación para el cuerpo dejándose alumbrar por los números rojos de las 4:37 que amenazan en la oscuridad. Emito un quejido ronco y agudo, no sé si mis manos llegan al cuello pero tengo la sensación de estar intentándolo.
Hasta que empiezo a pensar: -Me dejó otro tipo más, cómo me duele carajo, ya va a pasar, despertate del todo para no volver a soñar lo mismo. El aire llega, la garganta se abre, la chapita vuelve a la mente envasada como recuerdo y duermo otra vez mi sueño, que es un ancho listón oscuro, sedoso y sucio como una alfombra tendida en la calle, que acabaría pisoteada inexorablemente.
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