
¿Seremos acaso una plaga despreciable nutrida con basura y manjares, oportunistas, hábiles y dotados seres repulsivos, dañinos, indolentes egoístas portadores de pestes? Para no entregarme, sigo entregándome, hasta que nada quede de mí. Hasta que me devoren.
7 comentarios:
Su pregunta resulta inquietante, inevitable acaso. La sensación de podredumbre se inmiscuye en nuestro errático andar con demasiada frecuencia. Me quedo sin embargo, si me otorga esa licencia, con el juego de la entrega al que se encomienda, desafiando erguida la persistencia de la hipocresía cotidiana. Aun queda mucho de usted, no se aflija, y, sobre todo, no deje que la "correntada turbia de desconcierto" la devore.
Me tomaré la libertad, espero contar con su permiso, de recomendarle una obra. Se trata de un libro del querido Albert Camus, aunque no de los más consultados (alguna vez un amigo me dijo que los existencialistas franceses, como filósofos, eran grandes escritores: cada vez me veo más obligado a coincidir). Su nombre en castellano es "La caída" ("La chute", en el más agraciado francés original), y la considero incluso superior a aquel clásico que comienza con el dulce "Aujourd'hui, maman est morte". Sé que puede resultar ardua su búsqueda por los gastados anaqueles de las librerías de usados, así que, si lo desea, lo pongo a su disposición.
Usted sabr�.
Paso primeramente a decepcionarlo, quiz�s, confesando que no soy una gran lectora. Reconozco que deber�a haberlo sido y que me ha dejado en ayunas con su cita. Se lo agradezco, pues tantas otras referencias as� como la suya, me han impulsado a meterme entre esos anaqueles que menciona que, por cierto, me encantan.
La Chute...me dijo, �no? Una edici�n biling�e ser�a un hallazgo?
No hay cosa que me guste más que ser tratada (y tratar) de Usted. No me resulta una cuestión de clase, simplemente considero que se logra otra riqueza en el diálogo que con el tuteo es más difícil de lograr. Ni hablar de que no estoy para nada de acuerdo en lo de la artificialidad...pero comprendo que a las nuevas generaciones les resulte tedioso.
Bah, no, no lo comprendo, pero lo tolero.
Como buen lector, conocerá la regla de no prestar jamás un gran libro, a menos que esté dispuesto a perderlo para siempre. Si el libro me gusta, de lo cual no me cabe duda alguna, no se lo devolveré jamás. ¿Se arriesga de todos modos?
Con respecto a Sísifo, pues ya he encontrado cierta satisfacción en Wikipedia.
Se suma ahora a la lista "El Extranjero". Soy humilde socia de una biblioteca del barrio, así que en esos anaqueles voy a buscarlo.
Ví esa edición de Losada que me refiere a la venta en un sitio de internet pero llegué tarde, ya estaba finalizada la transacción.
Me resulta graciosa su modestia (¿"marcada pobreza"?) -Sin ofender...
Y yo que esperaba para dejarle un comentario sobre su nuevo texto... Debo confesar que lo leí bastante rápido por la mañana, y no tuve el tiempo necesario para disfrutarlo adecuadamente. ¿Es que acaso no colmó sus expectativas y decidió reservarlo aun? De todos modos, tengo plena confianza en usted y confío en su buen juicio a la hora de dar a la luz sus escritos.
Respecto al uso del "usted" en nuestras conversaciones, le aseguro que me ha dejado pensando. De hecho, sirvió para hacerme dar cuenta de que la asiduidad de su utilización en conversaciones que suelen ser algo formales y aburridas me ha obligado a adoptar el "vos" para todo lo relacionado con el placer y el trato más cordial. Le doy, no obstante, la razón en este tema. La acompaño, así, en su rescate de una costumbre en vías de extinción que, a los sensuales y placenteros fines estéticos, resulta ser insustituible.
Debo decirle, no obstante, que llamó mi atención eso de "las nuevas generaciones". ¿No somos nosotros, nos pese o no, parte de ellas?
Lo de la "marcada pobreza" (que ahora que lo leo me hace acordar bastante a la ironía de Lucrecio en su "De Rerum Natura"), se lo aseguro, no es humildad en absoluto. Tal vez más adelante le confíe alguna cosa por mí escrita, cuando junte el valor necesario, y podrá comprobarlo usted misma, se lo aseguro.
Perdón por no firmar el mensaje anterior, se me pasó, pero seguía siendo yo.
Ay, Pablo. Me tiene a las corridas buscando desasnarme en cada nueva cita suya.
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