Un hombre que se ha ido y éste que recién se hace niño son dos que jamás se habrán conocido, y tanto los une. Recuerdo a Hugo mientras me cuentan de Nicolás. Me escapo, corro bajo el ala de estas palabras, con los ojos vidriosos. Mi madre queda en la cocina, con una sonrisa. Mejor así. Lo demás, me lo cargo al lomo yo.
jueves, septiembre 06, 2007
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