sábado, agosto 25, 2007

Estaqueado con alfileres.

Diseccionando al Olvido para ver qué tiene adentro. Sacando los tornillos o rompiendo impacientemente los encastres. Forzando la separación de sus elementos. Decantando, lavando el oro del dilema con los tobillos sumergidos en una correntada turbia de desconcierto. Cuál es la sangre del olvido? El desinterés. No se puede contra él sin indignidad.

9 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy bueno el blog. Es agradable encontrarse con cosas interesantes en medio de tanto bullicio en el mundo de la web. Con tantos chicos y chicas que creen que escribir poemas estilo Arjona es arte, ver algunas líneas frescas y bien escritas lo pone a uno contento. En fin, espero que sigas subiendo cosas.
Saludos.

Anónimo dijo...

¿Cómo es esto, finalmente me animo a dejar un comentario y usted no sube más nada? De haberlo sabido antes me hubiera mantenido en el papel de lector-con-vergüenza-que-no-se-anima-a-dejar-sus-impresiones. No se oculte, que el tiempo apremia, a ver si nos deja leer algo.
Más saludos.

arsenica dijo...

Amabilísimo de su parte, estimado lector-que-por-fin-se-animó-a-dejar-sus-impresiones.
Quisiera saber si escribe usted. Me lo pregunto, viendo su estilo tan correcto.
Ya subiré algo más, depende de lo apremiante de mi circunstancia. Cuando ya no puedo cargar con algo, lo dejo aquí. Por eso garantizo que no hay liviandades en estas palabras. Todas son piedras en el cuello, que me quito siempre justo a tiempo.

Anónimo dijo...

No se preocupe, yo no escribo. O sí, pero no tengo ese afán incontinente de aburrir al mundo con mis pueriles ataques sobre la hoja (creo no tener que aclarar que no lo digo por usted). Tampoco soy un pomposo estudiante de letras en busca de alcanzar la cima del mundo de la crítica. No, por favor, eso no. El único campo en el que puedo decir que hago un uso de las palabras (si es que ello es posible) medianamente aceptable se halla alejado del mundo literario.
Respecto al tiempo y "sus tiempos" ("lo apremiante de mi circunstancia"), le pido disculpas por abrumarla con mi avidez literaria. Si la adecuada maduración es un requisito para tan pulidas piezas, aguardaré con paciencia el momento por usted escogido.
Hasta entonces.

arsenica dijo...

Es un placer este intercambio con usted. Soy fiel y sensual amante de la palabra y, como tal, le otorgo el mejor trato que sea capaz de darle. Valoro altamente la misma afición en los demás, que en su caso alcanza la categoría de virtud.
Todo esto, simplemente, para agradecerle su interés y sus comentarios y volver a felicitarle por su estilo que, no por refinado, pierde en absoluto sus dotes de naturalidad.
Usted que sabe cómo amar a la palabra, hágalo. No me niegue ese deleite.

arsenica dijo...

Ah, me olvidaba. Hay una nueva piedra que me descolgué del cuello hace poco.

Anónimo dijo...

Le advierto, estimada amiga (me permitiré, si no se opone, utilizar semejante vocativo), que no se deje engañar por lo superficial de algunas líneas. Esa virtud que tiene la bondad de señalar puede que no sea, así lo creo, más que un opacado reflejo de aquello con lo que usted me invita a leer. Mi relación con la literatura, duro me es admitirlo, se limita a un usufructo despiadado de esas páginas que otros han escrito, siempre mejor que las mías propias. La vorágine de lectura a la que me someto, no obstante, me otorga el placer de disfrutar la genialidad de quienes han poseído el don de dominar ese objeto al que usted le dedica su pasión, la palabra.
Respecto a su última piedra, la he visto rodar cuesta abajo, escapando de su Sísifo, aunque remito el comentario donde corresponda a la ocasión.

arsenica dijo...

Sísifo...otra vez en ayunas. Lo bueno es que este medio que nos comunica, bien utilizado, suele resultar esclarecedor para estas cuestiones.
Me comienza a preocupar su relación con la literatura, la manera en que la pinta. Discúlpeme, pero no le creo. Con todo respeto, por supuesto.

arsenica dijo...

Llámeme amiga, ¿cómo no he de permitírselo? Es un honor al que no tengo el derecho ni el deseo de negarme.